Capítulo 06.
Faltaba menos de una semana para navidad y Jimin estaba empezando a estresarse levemente.
Tenía que organizar su departamento para poder volver a Busan por una semana, tenía que comprar los regalos para sus hermanas, sus amigos y para Jungkook, tenía que comprar los pasajes para viajar hasta allí... en fin, necesitaba un momento de descanso.
Para colmo, estaba empezando a mostrar signos pre-celo, lo que le ponía nervioso, porque sería algo muy riesgoso que le llegue el celo de camino a casa. Si, hay pastillas que suprimen el calor y el aroma por unas horas, pero sentirse tan desprotegido en un transporte público no es lo ideal, ni hablar de la reprimenda que se llevaría por parte de su madre si le pasara algo como aquello.
Si tiene suerte, con los supresores que está tomando, su celo se retrasará unos dias más y le llegará para navidad o el día siguiente.
Otra cosa es que tampoco le ha dicho nada a Jungkook sobre esto, aunque tiene la ligera sospecha que Jungkook sabe que su celo está por llegar, basado en el hecho de que últimamente tiene al alfa pegado a su costado a todas horas, excepto cuando está trabajando, y se dedica casi inconscientemente a marcarlo con su aroma y se ha dejado prendas suyas en su casa las últimas veces que ha estado allí, como si las dejara con la intención de que haga un nido con ellas.
No le ha preguntado por la ropa tampoco, pero la ha dejado en una silla en su dormitorio, pensando si debería empacarlas para llevárselas con él y hacer el nido en su hogar de Busan o usarlas para dormir en su cama.
Respirando profundamente, decide dejar el tema de lado temporalmente y calzarse para ir al centro comercial a comprar los regalos que tiene pendientes. Dándole otra ojeada a la silla con la ropa, decide tomar una chaqueta negra de algodón que le dejó Jungkook para ponersela encima de su ropa, toma sus llaves, celular y billetera y sale del departamento para tomar el tren que lo lleva al centro comercial más cercano.
De camino en el tren, le envía un mensaje a Taehyung y a Jungkook para avisarles hacia donde se dirige, porque había quedado de comprar los regalos con el omega, y si Jungkook puede recogerlos a la salida, pues mejor.
Cuando llega finalmente a la puerta del shopping, reconoce fácilmente a Taehyung en la puerta, con su chaqueta de cuero color rojo, pantalones negros y zapatos negros. Se acerca lo más silencioso posible, y lo sorprende por detrás, ganándose un grito agudo y unos cuantos golpes en los brazos, mientras se descostilla de la risa del susto que acaba de darle a su amigo.
—Un día de estos vas a matarme del susto, maldito bastardo —le dice el pelinegro, dedicándole su mirada más oscura.
—Es que es muy divertido escucharte gritar y verte saltar tan exageradamente, amigo. Eres todo un espectáculo —le devuelve, limpiándose unas lágrimas divertidas de los ojos.
—Solo por eso, verás como no te regalo nada, ni para navidad ni por tu cumpleaños.
—Oh, vamos, no seas un bebé. Sé que te las cobrarás de otra manera, de todas formas. No me quites mi regalo de cumpleaños —le dice con un puchero y poniendo ojos de cachorrito.
—No me pongas esos ojos, que ya no tienen efecto en mi. Vamos, que ya tengo en mente que regalarle a mi madre —concluye, tirando del brazo del rubio para llevarlo al interior del shopping.
Estuvieron un buen rato paseando y mirando vidrieras, eligiendo regalos de entre todos los locales. Libros y maquillajes para sus hermanas, un abrigo para mamá, la colonia favorita de Taehyung... Le faltaban la mitad de los regalos y se sentía un poco cansado, pero quería terminar las compras ese día porque si los dejaba a la mitad se iba a terminar arrepintiendo.
De repente, mientras caminaban Jimin encontró el regalo ideal para Jungkook, justo frente a sus narices. Había visto que a veces el pelinegro usaba gorros para que su cabello no obstruyera su vista, y estos estaban hermosos. Además, en otro local vio un collar con una pequeña rosa que le recordó a Jungkook y tuvo que comprarlo. Se apresuró a entrar al local y lo pidió todo envuelto para regalo.
Cuando salió de allí tenía una sonrisa gigante. Se sentía muy satisfecho de los regalos que escogió, su omega se sentía incluso más satisfecho que él, por alguna razón.
Luego de otro largo rato de estar caminando por allí, encontró regalos para el resto de sus hermanas menores y su padre; se sentía completamente exhausto y hambriento, con un calor extraño queriendo recorrer sus extremidades. Queriendo terminar con la tarde, se dirigieron al patio de comidas a tomar una merienda. Lo que no se esperaban era que Jungkook los estuviera esperando en una mesa con tazas de té y café, medialunas y bollos.
Sintiendo un poco de su estrés abandonar sus hombros, se acercó con una sonrisa suave a la mesa del pelinegro y envolvió sus brazos en el cuello del alfa y atrapó sus labios en un beso lánguido.
—Hmm, ¿me extrañaste cariño? —preguntó Jungkook medio ronroneando en el beso.
—Si... ¿esto es para nosotros? —pregunta curioso Jimin, señalando la mesa con comida.
—Por supuesto. Me dijiste que venían de compras navideñas y supuse que tendrías hambre al terminar, así que cuando me desocupé de trabajar vine aquí y te compré algo para que descanses y te relajes —le contesta amorosamente.
—Muchas gracias alfa, no tenías que molestarte —le dice entonces, con las mejillas y orejas sonrojadas, aprovechando que no se habían separado del abrazo todavía y se sentó en las piernas del muchacho.
—Cualquier cosa por mi omega —le contesta, dándole otro beso corto en los labios y luego otro en el cuello.
—Ugh basta, me van a dar arcadas, están siendo muy empalagosos —les dice Taehyung, sacándole la lengua a la pareja.
—Cállate pequeño demonio. Agradece que te han comprado la merienda —le contesta Jimin divertido.
—Oh si, gracias por esto, se ve delicioso —responde sentándose a la mesa y tomando el café y unos bollos.
Jimin se quedó en el regazo del pelinegro, tomó el té y le alcanzó el café al chico, y le acercó una medialuna a la boca, dándole de comer mientras con su otra mano tomaba de su té. De la misma manera, el pelinegro tenía una mano en la cintura del rubio y con la otra mano le daba de comer.
Pasaron así un rato, charlando los tres de su día y de los planes que tenían y cuando terminaron, se levantaron y tiraron los restos a la basura, dirigiéndose al estacionamiento con las bolsas para volver a casa.
Subieron al auto y se dirigieron primero a la casa de Taehyung, haciendo chistes todo el camino.
—Gracias por el aventón chicos, nos estaremos viendo —les saluda Kim desde la ventana del auto, sus propias bolsas en mano.
—Gracias a ti hermano, ¡nos vemos! Espero mi regalo —le contesta Jimin con un guiño.
—Malcriado, todo lo que quieres es regalos —le dice negando con la cabeza pero con una sonrisa en su cara.
—Pero me amas. ¡Adiós! —termina riéndose y saludando desde dentro del auto.
Esperan que entre a su edificio y emprenden el camino al departamento del rubio, automáticamente tomándose de la mano por encima de la palanca de cambios.
—Adoro como te queda mi chaqueta, te ves tan suave y tierno —le dice Jungkook acariciando su cara suavemente.
—Mhm, me hizo recordarte todo el día —le contesta, relajándose contra el tacto del pelinegro, como un gato.
—Me alegro entonces —le dice simplemente, dejando un beso en su nariz.
Cuando llegan al departamento del rubio, Jimin le pide a Jungkook que suba con él, aceptando de inmediato y guardando el auto en el garage del edificio para subir juntos en el ascensor.
Cuando llegan al departamento, entran y Jimin prácticamente arrastra a Jungkook al sofá, tomando unas mantas y acurrucándose a su costado en un instante.
—¿Estás bien? Estás muy cariñoso últimamente —le dice Jungkook, un poco preocupado por las acciones del rubio.
—Mi celo llegará dentro de unos días, necesito muchos abrazos —le dice, hundiendo su nariz en el hombro del alfa.
—Tendrás todos los abrazos que quieras. No me habías dicho que entrarías en celo, ¿necesitas ayuda cariño? —le pregunta curioso, tocando su brazo suavemente para atraer su atención.
—Estoy tomando supresores, Se supone que mi celo llegará para navidad y se que estarás en casa de tus padres, por lo que no quise molestarte.
—No es ninguna molestia, por el contrario. Si quieres, puedo llevarte hasta tu casa en Busan para que no tengas que viajar en ese estado, ¿qué te parece?
—¿Harías eso por mi? —le pregunta con la cara sonrojada.
—Por supuesto que si, no lo dudes —le responde, dejando otro beso en su hombro.
—Muchas gracias. Hablaré con mamá para avisarle —le dice medio dormido ya, cómodo y tranquilo con el calor y el aroma proveniente del alfa.
—Todo lo que quieras, cariño.
Momentos más tarde, cuando el rubio se queda profundamente dormido, Jungkook lo toma en sus brazos y lo lleva al dormitorio, donde le saca las zapatillas y lo arropa. Cuando está por darse la vuelta, Jimin comienza a removerse en la cama, por lo que Jungkook se sienta, se saca su calzado y se acuesta al lado, tapándose y atrayendo al muchacho a sus brazos, durmiendo en cucharita.
✧✦✧
Falta solo un día para volver a su casa y se siente incómodo e inquieto. Ya ha hablado con su madre y está aliviada de que no tenga que viajar en tren cuando su celo está tan cerca, además que quiere conocer al tal Jungkook del que tanto ha escuchado hablar tanto por él como por Taehyung.
Tiene casi todo empacado, pero tiene la sensación que se olvida algo y no sabe que es. Ese sentimiento lo deja cada vez peor, y está al borde de un ataque de nervios.
Jungkook viene a quedarse esta noche, ya que será más fácil de esta manera que se despierten y salgan juntos a sus destinos.
—Hola cariño, ¿cómo estás? —saluda cariñosamente el alfa, frunciendo el ceño al notar que el rubio se encuentra inquieto y con la piel un poco caliente.
—Mal, tengo casi todo guardado, pero siento que me estoy olvidando de algo y me están matando los nervios —le contesta algo decaído, con un puchero.
—No te preocupes. ¿Quieres mostrarme que haz guardado? Puedo ayudarte a empacar lo que te falte —le dice, tomando sus muñecas en un gesto tranquilizador.
—Si, gracias, es una buena idea —le contesta, pegándose a su costado y dirigiéndose al dormitorio para revisar el equipaje.
Empieza a desarmar la maleta de a poco y de repente se queda estático, asombrado, exasperado y asustado a la vez.
—¿Estás bien Jim? —le pregunta Jungkook, cada vez más preocupado, casi sin darse cuenta del cambio en el ambiente por las feromonas del omega.
—¿Kook? Tienes que ayudarme —le dice Jimin, los ojos rápidamente tornándose negros, sus extremidades empezaban a temblar y una capa de sudor empezaba a cubrir su cuerpo.
—¿Qué tienes cariño? —le pregunta, manos temblorosas, pupilas dilatándose lentamente y su alfa interior cada vez más inquieto, olfateando el aire y queriendo proteger a su omega.
—Mi celo, está llegando.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro